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Depresión infantil: mitos y conceptos erróneos comunes

La depresión es un problema de salud mental común que afecta a millones de personas en todo el mundo, incluidos los niños. Sí, ha leído bien. Contrariamente a la percepción popular, los niños pueden sufrir depresión, y de hecho la sufren. Según la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente, la depresión afecta a alrededor del 2% de los niños y entre el 4 y el 8% de los adolescentes sólo en Estados Unidos.

A pesar de su prevalencia, persisten muchos mitos y conceptos erróneos sobre la depresión infantil. Estos pueden ser perjudiciales, ya que impiden un diagnóstico preciso, un tratamiento eficaz y el apoyo que necesitan los niños afectados. Esta entrada de blog pretende disipar estos mitos aportando claridad sobre un tema de suma importancia.

Comprender la depresión infantil

Depresión infantil: mitos y conceptos erróneos comunes

La depresión es un trastorno mental caracterizado por sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza y falta general de interés o placer por las actividades. En los niños, la depresión puede manifestarse de distintas maneras. Los síntomas pueden incluir tristeza o irritabilidad persistentes, pérdida de interés por actividades que antes disfrutaban, cambios en el apetito o el sueño, dificultad para concentrarse, molestias físicas como dolores de estómago y de cabeza, e incluso pensamientos de muerte o suicidio en casos graves.

La depresión infantil puede deberse a diversas causas, como factores genéticos, estrés ambiental, traumas y desequilibrios químicos cerebrales. Los efectos son de gran alcance y pueden afectar al rendimiento académico, las interacciones sociales y la calidad de vida en general del niño.

Mitos y conceptos erróneos sobre la depresión infantil

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Mito 1: Los niños no pueden deprimirse

Contrariamente a esta creencia generalizada, los niños, incluso los de preescolar, pueden sufrir depresión. Estudios científicos lo han confirmado, demostrando que los niños pueden experimentar síntomas similares a los de los adultos deprimidos. La creencia de que los niños no pueden deprimirse suele derivarse de la idea errónea de que la infancia es un periodo despreocupado sin preocupaciones ni factores de estrés importantes. Este mito puede dificultar la detección e intervención tempranas, por lo que es fundamental disiparlo.

Mito 2: La depresión infantil es sólo mal humor o una fase

Si bien es cierto que los niños, especialmente los adolescentes, pueden estar de mal humor, la tristeza o irritabilidad crónicas no deben considerarse sólo una fase. Los cambios persistentes en el estado de ánimo, el comportamiento o la personalidad pueden indicar depresión, que requiere atención profesional. Etiquetar estos síntomas como "una fase" puede retrasar el tratamiento necesario y empeorar la situación.

Mito 3: La depresión es un signo de debilidad o falta de fuerza de voluntad

La depresión es una condición médica vinculada a factores biológicos como la química cerebral y la genética, no un defecto de carácter o debilidad. No es algo de lo que los niños puedan simplemente "escapar". Este mito puede ser especialmente perjudicial, ya que conduce a la estigmatización y hace que los niños sean menos propensos a buscar ayuda.

Mito 4: La terapia y la medicación no son eficaces para los niños

Las terapias psicológicas modernas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia interpersonal (TIP), han demostrado ser muy eficaces para tratar la depresión infantil. Los medicamentos antidepresivos, especialmente cuando se combinan con psicoterapia, también pueden ser beneficiosos para algunos niños. Un plan de tratamiento integral debe adaptarse a cada niño, teniendo en cuenta la gravedad de los síntomas y las necesidades específicas del niño.

Mito 5: Hablar de la depresión la empeora

Contrariamente a esta idea errónea, hablar de la depresión puede ser terapéutico y vital para el diagnóstico y el tratamiento. La comunicación abierta ayuda a los niños a sentirse comprendidos y apoyados, lo que les hace más receptivos al tratamiento. El silencio, en cambio, puede perpetuar los sentimientos de aislamiento y vergüenza.

Mito 6: Los niños deprimidos están siempre tristes y llorones

Aunque la tristeza constante es un síntoma común de la depresión, no es el único y puede incluso no ser perceptible en algunos niños. La depresión puede manifestarse como irritabilidad, enfado o disminución del rendimiento escolar. Algunos niños pueden parecer perfectamente bien en público, pero tener dificultades en privado. Por lo tanto, es vital mirar más allá del estereotipo de la tristeza constante.

Mito 7: La depresión siempre está causada por un acontecimiento traumático

La depresión puede desencadenarse por un acontecimiento traumático, como la pérdida de un ser querido o un cambio importante en la vida. Sin embargo, también puede desarrollarse sin un desencadenante claro. Factores como la genética, la química cerebral o una combinación de varios factores estresantes menores también pueden contribuir a la aparición de la depresión. Este mito puede llevar a la creencia errónea de que los niños con "buenas" vidas no pueden estar deprimidos.

Mito 8: La depresión infantil no presenta síntomas físicos

La depresión en los niños puede manifestarse de forma física, como fatiga crónica, cambios en el apetito y dolores recurrentes como de cabeza o de estómago. Aunque estos síntomas pueden tener otras causas, también pueden ser indicativos de depresión, especialmente cuando se combinan con síntomas conductuales.

Mito 9: Si los padres ignoran la depresión de su hijo, desaparecerá

La depresión es una enfermedad grave que requiere tratamiento. No desaparecerá si se ignora. De hecho, la depresión no tratada puede conducir a un empeoramiento de los síntomas y a complicaciones potencialmente graves, como problemas en la escuela, aislamiento social y, en casos graves, pensamientos o acciones suicidas.

Mito 10: Sólo los adultos pueden tener pensamientos suicidas

Trágicamente, los niños pueden tener y tienen pensamientos suicidas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informan de que el suicidio es la segunda causa de muerte entre las personas de 10 a 34 años en EE.UU. Es vital tomarse en serio cualquier conversación sobre el suicidio, incluso en niños pequeños, y buscar ayuda profesional inmediatamente.

Cada uno de estos mitos puede dificultar el reconocimiento, la comprensión y el tratamiento de la depresión en los niños.

Depresión infantil: mitos y conceptos erróneos comunes

Estos mitos y conceptos erróneos pueden causar daños sustanciales. Contribuyen a la estigmatización, retrasan el diagnóstico y el tratamiento, y perpetúan los malentendidos y la desinformación sobre la depresión infantil. Por lo tanto, es vital promover un conocimiento preciso sobre la depresión infantil.

Cómo ayudar a un niño con depresión

Si usted es padre, madre, cuidador o educador de un niño que sufre depresión, hay varias maneras de prestarle apoyo.

Infórmese: Infórmese sobre la depresión: sus causas, síntomas y tratamientos. Un conocimiento exhaustivo de la enfermedad le permitirá ofrecer el mejor apoyo posible.

Comuníquese abiertamente y sin juzgar: Anime al niño a expresar sus sentimientos y hágale saber que no pasa nada por hablar de sus problemas. Recuerde que hablar de la depresión no la empeora, sino que ayuda al niño a sentirse menos solo.

Busque ayuda profesional. Pueden proporcionar un diagnóstico preciso y sugerir opciones de tratamiento adecuadas.

Demuestre amor y apoyo incondicionales. Tu apoyo puede ayudarles mucho a afrontar sus sentimientos.

Fomente un estilo de vida saludable: Fomente la actividad física regular, una dieta equilibrada y unas horas de sueño adecuadas, todo lo cual puede repercutir positivamente en la salud mental.

Colabore con el personal escolar: Los profesores y orientadores escolares pueden desempeñar un papel fundamental en el apoyo a un niño con depresión. Colabore con ellos para asegurarse de que el niño recibe apoyo en todos los ámbitos.

Conclusión

Depresión infantil: mitos y conceptos erróneos comunes

 Los mitos y conceptos erróneos que rodean a la depresión infantil, aunque muy extendidos, pueden disiparse mediante la educación y el diálogo abierto. Comprender la realidad de la depresión puede allanar el camino para una intervención más temprana, un tratamiento adecuado y mejores sistemas de apoyo para los niños afectados por esta enfermedad.
Recuerde que la depresión no es un signo de debilidad ni un defecto de carácter. Es una enfermedad que puede afectar a cualquiera, incluidos los niños. Reconocer este hecho es el primer paso para fomentar una sociedad en la que los problemas de salud mental se traten con la seriedad y la compasión que merecen.

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Contenido original del equipo de redacción de Upbility. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin citar al editor.

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