Cuando un niño no señala, los progenitores pueden preocuparse inmediatamente ante la posibilidad de un diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA). Sin embargo, la falta de este gesto no es necesariamente indicativo de TEA y representa solo uno de los múltiples hitos del desarrollo que deben ser evaluados. Comprender el desarrollo individual de cada niño es esencial para evitar conclusiones apresuradas e incorrectas.
Puntos Clave
- La ausencia de señalar con el dedo en un niño no implica automáticamente que tenga un trastorno del espectro autista (TEA); es fundamental evaluar el desarrollo global y otros indicadores antes de llegar a una conclusión.
- Señalar es un hito importante en el desarrollo infantil que refleja avances en habilidades cognitivas, comunicativas y sociales, y suele aparecer alrededor de los 12 meses, aunque puede variar entre niños sin que esto sea preocupante.
- La detección temprana de signos de autismo, incluyendo dificultades en la comunicación social y comportamientos repetitivos, permite una intervención oportuna que mejora significativamente el desarrollo y la calidad de vida del niño.
Entendiendo el desarrollo infantil

El desarrollo infantil es un proceso de gran complejidad que implica la adquisición de una serie de habilidades sociales, comunicativas y motoras a lo largo del tiempo. Comprender cómo se desarrolla un niño puede ayudar a los padres y profesionales a identificar áreas de fortalecimiento o preocupación. Es crucial recordar que cada niño es único, y la variabilidad en el desarrollo es normal. Sin embargo, es importante estar informado sobre los hitos usuales y cuándo estos ocurren típicamente, ya que esto puede proporcionar una guía útil para el seguimiento del progreso del niño.
Señalar con el dedo es una acción compleja que representa un hito importante en el desarrollo infantil, ya que refleja un avance significativo en las habilidades cognitivas, comunicativas y socio-emocionales. La mayoría de los niños alcanza este hito alrededor de los 12 meses, aunque existe una serie de parámetros que los profesionales utilizan para evaluar el avance en el desarrollo de cada niño. Esto incluye la función de señalar, que aparece alrededor de los 12 meses pero puede desarrollarse más tarde en algunos niños sin que esto necesariamente indique un trastorno del desarrollo.
Hitos del desarrollo temprano
Los hitos del desarrollo son indicadores importantes del progreso de un niño y ayudan a los padres y profesionales a identificar posibles preocupaciones de manera temprana. Identificar un diagnóstico precoz, especialmente antes de los 5 años, puede ser esencial para proporcionar el apoyo necesario en el desarrollo del niño. Los primeros signos de comportamiento del trastorno del espectro autista (TEA) pueden manifestarse tan pronto como entre los 12 y 18 meses de edad. Los pediatras frecuentemente aconsejan a los padres que observen atentamente cómo sus hijos juegan, aprenden, hablan, actúan y se mueven para detectar posibles problemas. La intervención temprana es crucial, pues puede mejorar significativamente los resultados para los niños en el espectro del autismo, ayudando a maximizar su potencial. La ausencia de ciertos hitos del desarrollo, como señalar objetos o responder a su nombre, puede ser motivo de preocupación y debe ser motivo para una revisión profesional del desarrollo del niño. Por ello, la revisión periódica del desarrollo infantil es fundamental para facilitar la detección temprana y la intervención adecuada.
La importancia del juego conjunto
El juego conjunto es una herramienta poderosa para el desarrollo infantil, ya que promueve tanto el desarrollo motriz como las habilidades de comunicación social. Actividades como estallar burbujas de jabón no solo son divertidas, sino que también ayudan a los niños a desarrollar coordinación motora y habilidades de percepción visual. Durante estos juegos, los niños utilizan los dedos, las manos y los brazos para interactuar con los objetos, favoreciendo el desarrollo del movimiento y la coordinación. Además, al escoger entre diferentes objetos, los niños emplean la mano para tomar decisiones y señalar, lo que representa un hito en su desarrollo comunicativo y motriz. A través de este tipo de juegos, los niños aprenden a imitar conductas y gestos, lo cual es fundamental para su desarrollo social. El juego conjunto también ofrece un entorno en el que se fomenta la interacción social, permitiendo que los niños practiquen la señalización y usen otras formas comunicativas. Estos momentos compartidos son esenciales para reforzar las habilidades sociales de los niños desde una edad temprana.
Variabilidad en el desarrollo de habilidades
La variabilidad en el desarrollo infantil es normal y puede estar influenciada por una variedad de factores, tanto contextuales como neurodesarrolladores. Aunque la edad promedio para adquirir la habilidad de señalar es alrededor de los 12 meses, no todos los niños alcanzan este y otros hitos al mismo tiempo. Es importante evaluar el comportamiento de un niño de manera integral, sin concentrarse únicamente en el cumplimiento de hitos específicos. Factores como la interacción recíproca y la atención conjunta son esenciales para el desarrollo social y comunicativo y pueden variar ampliamente entre niños. Alteraciones en habilidades como el contacto ocular o la interacción social recíproca pueden ser indicativas de diferencias en el desarrollo. Estas necesitan una observación cuidadosa y a menudo pueden llevar a una evaluación exhaustiva para identificar cualquier necesidad adicional de apoyo o intervención.
Signos tempranos del autismo
Los signos tempranos del autismo pueden manifestarse de diversas maneras y, a menudo, son sutiles en las primeras etapas del desarrollo infantil. Estos signos pueden incluir desafíos en la comunicación social, comportamientos repetitivos e intereses intensos en temas específicos. La detección temprana de estos signos es crucial, ya que permite una intervención temprana que puede mejorar significativamente el desarrollo de las habilidades sociales y comunicativas del niño. Contar con información actualizada y precisa es fundamental para que familias y profesionales puedan identificar señales tempranas del autismo y tomar decisiones informadas sobre el apoyo necesario. Aunque es importante recordar que la presencia de uno o más de estos signos no garantiza un diagnóstico de autismo, ningún signo aislado debe considerarse definitivo y es necesario evaluar al niño en su conjunto, considerando todo el contexto de su desarrollo, antes de llegar a un diagnóstico.
Falta de atención conjunta
La atención conjunta es una capacidad fundamental en el desarrollo infantil que implica la habilidad de un niño para compartir el foco de atención en un objeto o evento con otra persona. Este acto de mirar repetidamente entre un objeto y una persona ayuda a establecer una conexión comunicativa esencial. Las figuras de referencia, como los padres o cuidadores, juegan un papel clave en el desarrollo de la atención conjunta y la comunicación social, ya que los niños imitan e interactúan con estas figuras para aprender habilidades sociales y comunicativas. La falta de atención conjunta es común en niños con trastornos del espectro autista (TEA) y puede dificultar la interacción social recíproca, limitando la capacidad del niño para intercambiar expresiones emocionales y gestos. Este déficit también puede repercutir en su capacidad para comprender que la comunicación es un acto compartido, no solo una transmisión unidireccional de mensajes.
El uso y comprensión de gestos
El uso de gestos es una parte integral del desarrollo típico de la comunicación no verbal en los niños. Antes de que los niños comiencen a hablar, suelen desarrollar una variedad de gestos para comunicarse. Es fundamental enseñar el gesto de señalar con el dedo y observar cuándo un niño señala con el dedo, ya que este gesto es clave en el desarrollo comunicativo y puede indicar un avance adecuado en la comprensión social. Por ejemplo, señalar es una habilidad avanzada que aparece a medida que los niños desarrollan su comprensión de la comunicación social. Sin embargo, los niños con trastornos del espectro autista a menudo muestran un uso limitado de gestos, lo que puede ser un fuerte indicador de autismo. Además, la falta de imitación de gestos de otros es otro signo de posibles dificultades en el desarrollo de la comunicación no verbal, afectando su capacidad para interactuar socialmente.
Diferencias en el lenguaje y la ecolalia
Las diferencias en el uso del lenguaje, como la ecolalia, son indicativas en algunos niños con trastornos del espectro autista. La ecolalia es la repetición involuntaria de palabras o frases, lo que puede llevar a que los niños repitan preguntas en lugar de responderlas. Este tipo de lenguaje estereotipado o repetitivo también puede verse en niños que se refieren a sí mismos en tercera o segunda persona. La presencia de ecolalia puede dificultar iniciar y mantener conversaciones fluidas, afectando su interacción social. En la ecolalia tardía, repiten frases o palabras escuchadas previamente, lo cual puede interferir en su capacidad para comunicarse de manera efectiva.
Diferencias entre retrasos típicos y autismo

Distinguir entre los retrasos típicos del lenguaje y aquellos asociaciados al autismo puede ser complejo, pero ciertos indicadores facilitan esta tarea. Los niños dentro del espectro autista suelen mostrar un uso del lenguaje que, aunque puede incluir palabras para etiquetar objetos, rara vez se orienta a la solicitud o interacción con los demás. A diferencia de los retrasos del lenguaje típicos, en los que puede observarse una evolución favorable con el tiempo, el autismo se manifiesta de manera persistente y su diagnóstico requiere evaluación profesional continua. Además, los comportamientos restringidos y repetitivos son característicos del autismo, lo cual no suele observarse en niños con retrasos del lenguaje típicos. Estos factores subrayan la importancia de conocer las diferencias clave entre ambos para facilitar un diagnóstico adecuado y oportuno. Es fundamental recordar que cada caso debe evaluarse de forma individual, ya que existen diferentes casos de autismo con manifestaciones variadas en la población infantil.
Retrasos en el lenguaje típicos
Los retrasos en el lenguaje están caracterizados por un lapso en el desarrollo del habla, donde el niño puede presentar dificultades en la comunicación, tanto verbal como no verbal. Es frecuente que los niños que experimentan este tipo de retraso muestren un uso limitado del lenguaje, recurriendo a repeticiones o incluso a la ecolalia. Estos niños a menudo carecen de una habilidad esencial, como el señalamiento, y pueden presentar dificultades en compartir la mirada con un adulto, lo cual es vital para el desarrollo interaccional. Asimismo, su respuesta puede ser escasa ante su nombre o ante gestos simples que imitar, como aplaudir. Por ejemplo, algunos niños no responden cuando se les llama, no señalan objetos de interés o no imitan acciones sencillas como saludar o lanzar besos; estos ejemplos ayudan a identificar señales de alerta en el desarrollo del lenguaje. En el contexto de juegos de imaginación, su participación suele ser limitada, destacando una posible carencia del desarrollo típico del lenguaje. Afortunadamente, estos retrasos pueden superarse con intervención y tiempo, diferenciándose de otros desafíos más complejos como el autismo.
Retrasos asociados con TEA
Los retrasos en el desarrollo asociados al Trastorno del Espectro Autista (TEA) incluyen aspectos únicos que diferencian a estos niños de los que presentan retrasos típicos. Una diferencia clave es la ausencia o el retraso en la atención conjunta, que se manifiesta en la dificultad para dirigir la atención entre un objeto o evento y otra persona. Esto afecta el desarrollo ulterior de habilidades sociales y de comunicación, pilares en la interacción social recíproca. Aunque el TEA puede diagnosticarse a edades tempranas, incluso desde los 12 meses, suele confirmarse entre los 5 y 6 años. Durante ese tiempo, el lenguaje expresivo puede presentar retrasos significativos, y los niños pueden exhibir comportamientos repetitivos y un deterioro en las relaciones sociales y la comunicación. La identificación temprana y el diagnóstico diferencial son cruciales para establecer un plan de intervención adecuado. Además, es fundamental realizar un estudio del desarrollo para comprender en profundidad las necesidades del niño y diferenciar entre retrasos típicos y los asociados al TEA.
¿Qué es la regresión en hitos del desarrollo?
La regresión en hitos del desarrollo es un fenómeno preocupante que puede afectar a algunos niños, donde se observa una pérdida de habilidades previamente adquiridas. Cerca del 25% de los niños que luego son diagnosticados con TEA experimentan este fenómeno, pudiendo perder el lenguaje que habían empezado a desarrollar entre los 15 y 24 meses de edad. Esta regresión no solo impacta el lenguaje, sino que frecuentemente conlleva un retraimiento social, empeorando la interacción y comunicación social. Es crucial identificar esta regresión de forma temprana, aunque no siempre se considera un asunto urgente debido a la falta de conocimiento sobre los hitos de desarrollo. La carencia de habilidades como el señalamiento puede ser un indicador de que se está produciendo una regresión, haciendo imperativa una evaluación individualizada para implementar las intervenciones necesarias. Una intervención oportuna puede favorecer el avance en la recuperación de habilidades perdidas, permitiendo que el niño retome su progreso en el desarrollo cognitivo y comunicativo.
Diagnóstico del TEA
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno que afecta el desarrollo neurológico de los niños y suele manifestarse en los primeros años de vida. Es esencial poder identificarlo tempranamente, ya que los síntomas suelen ser observables desde los dos a tres años de edad, aunque algunos signos pueden presentar tan pronto como los 18 meses. El diagnóstico del TEA se centra en identificar dificultades en la comunicación social y patrones de comportamiento restringidos y repetitivos. Estos síntomas, en combinación con otras manifestaciones, permiten a los profesionales ofrecer las ayudas necesarias para cada niño, aunque no determinan la causa del trastorno. Una detección temprana es crucial para facilitar una intervención oportuna, lo que puede influir de manera significativa en el desarrollo futuro del niño. Es fundamental acudir a una consulta médica ante cualquier sospecha, ya que la colaboración entre médicos, especialistas en neuropediatría y otros profesionales de la salud infantil garantiza un proceso diagnóstico integral y adecuado para cada caso.
Métodos de diagnóstico
El proceso para diagnosticar el autismo es complejo y requiere la participación de varios profesionales, tales como psicólogos, neuropediatras y psiquiatras infantiles. No existen pruebas de laboratorio o indicadores biológicos que puedan confirmar la presencia del TEA. Por lo tanto, el diagnóstico depende principalmente de la observación de los comportamientos del niño y su desarrollo. Los profesionales buscan específicamente dificultades en la comunicación social y comportamientos restringidos y repetitivos. Un diagnóstico temprano permite iniciar las intervenciones adecuadas, ofreciendo al niño mejores oportunidades para desarrollar habilidades esenciales desde una etapa crucial del desarrollo.
La importancia de un diagnóstico preciso
Lograr un diagnóstico preciso de autismo es crucial, ya que permite que los niños reciban el apoyo necesario en momentos críticos para el desarrollo de sus habilidades básicas. Un profesional especializado y con experiencia es fundamental para asegurar la precisión en el diagnóstico, evaluando características como problemas en la comunicación social y comportamientos restringidos. Al ser el autismo un trastorno amplio, estas evaluaciones incluyen observar afectaciones en el lenguaje, habilidades sociales y restricciones en actividades e intereses. Un diagnóstico temprano no solo facilita una intervención adecuada, sino que también mejora considerablemente el pronóstico de desarrollo del niño.
Factores que pueden influir en el diagnóstico
Los diagnósticos de autismo pueden realizarse a partir de los 30 meses y deben ser revisados anualmente hasta los cinco años para evaluar el progreso del niño. La intervención de expertos como psicólogos y neuropediatras es crucial, ya que no hay pruebas de laboratorio para confirmar el TEA. Inadvertidamente, las señales tempranas del autismo, que pueden observarse desde los seis meses, a menudo pasan desapercibidas sin una orientación experta sobre qué buscar. Por ello, la detección temprana es vital para intervenir a tiempo y mejorar posibles retrasos en el desarrollo. Una intervención oportuna puede transformar significativamente la calidad de vida y la evolución del niño con TEA.
Características del autismo

El autismo es una condición ampliamente reconocida que afecta el desarrollo social y comunicativo de un individuo. Las características del autismo se dividen principalmente en dos categorías: problemas con la comunicación social y comportamientos restringidos y repetitivos. Estas dificultades afectan la forma en que la persona interactúa socialmente, lo que resulta en una falta de reciprocidad en la comunicación y el lenguaje social. Una manifestación común de estos problemas es la dificultad para señalar objetos de forma espontánea. Los niños con autismo pueden tener dificultades para señalar cosas familiares, lo que puede ser un problema en su desarrollo comunicativo y social. En lugar de eso, los niños con autismo tienden a instrumentalizar a las personas para alcanzar sus objetivos. Es importante resaltar que el diagnóstico de autismo se realiza a través de una observación y valoración conductual detallada, ya que no existen pruebas médicas específicas que confirmen su existencia. Esta condición se asocia con alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso central, que impactan en múltiples funciones del desarrollo infantil.
Adicionalmente, las personas con autismo pueden experimentar una sensibilidad inusual hacia ciertas texturas, sonidos, olores y sabores. Esta sensibilidad sensorial a menudo lleva a fuertes preferencias o aversiones que pueden ser difíciles de manejar para el niño y sus cuidadores. Un diagnóstico precoz y una intervención adecuada son cruciales para ayudar a los niños a desarrollar habilidades funcionales y mejorar su calidad de vida.
Tratamientos y terapias disponibles
El abordaje terapéutico del autismo es complejo, pero fundamental para potenciar las habilidades del niño y facilitar su integración social. Los programas de tratamiento temprano, especialmente durante los años preescolares, son esenciales para mejorar las habilidades de comunicación en niños con problemas del espectro autista. Entre los métodos de intervención más destacados se encuentran los programas DENVER y TEACCH, los cuales se enfocan en el mejoramiento del contacto ocular, la intención comunicativa y el desarrollo verbal.
Los programas terapéuticos deben adaptarse a la edad y a los intereses específicos del niño. Es fundamental que estos programas atiendan no solo las necesidades comunicativas, sino también los problemas de comportamiento que puedan surgir. La intervención terapéutica debe incluir refuerzos positivos de manera regular para asegurar mejores resultados a lo largo del tratamiento.
En resumen, los programas de intervención deben ser especializados y bien estructurados para ajustarse a las necesidades individuales de cada niño. Mejorar las habilidades de comunicación en niños con dificultades comunicativas requiere un enfoque integral y adaptable, pues cada niño es único en sus desafíos y potencialidades. Este tipo de intervenciones no solo busca mejorar competencias comunicativas, sino también proporcionar a los niños las herramientas necesarias para una mejor interacción social y mayor independencia en su vida diaria.
Conclusión
Es fundamental entender que que un niño que no señala con el dedo no significa necesariamente que tenga un trastorno del espectro autista. Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, y la ausencia de este gesto debe evaluarse en el contexto global de sus habilidades y comportamientos. La observación atenta, el acompañamiento profesional y la detección temprana de cualquier dificultad son clave para ofrecer el apoyo adecuado y favorecer un desarrollo saludable y pleno.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Es normal que mi hijo no señale con el dedo a los 12 meses?
Sí, es normal que algunos niños desarrollen esta habilidad un poco más tarde. Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, y la ausencia de señalar a los 12 meses no implica necesariamente un problema o trastorno.
¿Qué significa si mi hijo no señala pero usa otros gestos para comunicarse?
Algunos niños pueden usar otros gestos o formas de comunicación, como estirar los brazos o llamar con la voz. Esto puede ser una forma equivalente de expresar sus necesidades, pero es recomendable observar si también hay otros signos que puedan indicar dificultades en el desarrollo.
¿Cuándo debo preocuparme si mi hijo no señala con el dedo?
Si después de los 18 meses tu hijo no señala de forma intencional y además presenta dificultades en la interacción social, el contacto visual o el lenguaje, es importante consultar con un pediatra o especialista en desarrollo infantil para una evaluación completa.
¿La falta de señalización siempre indica autismo?
No. La falta de señalar puede estar relacionada con diferentes causas, no solo con el trastorno del espectro autista (TEA). Puede ser un retraso en el desarrollo o parte de la variabilidad normal en los hitos infantiles. Un diagnóstico debe basarse en una evaluación integral.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a aprender a señalar con el dedo?
Puedes fomentar el hábito mostrando el gesto tú mismo, jugando juntos a señalar objetos, haciendo preguntas que impliquen señalar y usando juegos interactivos como soplar burbujas para que intente tocar o seguir con la vista y el dedo.
¿El diagnóstico temprano de TEA mejora el pronóstico?
Sí, la detección e intervención temprana en niños con TEA es fundamental para mejorar sus habilidades sociales, comunicativas y de aprendizaje, lo que contribuye a una mejor calidad de vida y desarrollo integral.
¿Qué profesionales pueden ayudar si tengo dudas sobre el desarrollo de mi hijo?
Pediatras, neuropediatras, psicólogos infantiles y terapeutas del lenguaje son especialistas que pueden evaluar y orientar sobre el desarrollo de tu hijo y la posible presencia de dificultades o trastornos.
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Referencias
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