El estrés es una parte normal del desarrollo, pero cuando se vuelve excesivo puede afectar a las actividades cotidianas del niño y a su calidad de vida. El estrés en los niños puede manifestarse de muchas formas distintas, como síntomas físicos, reacciones emocionales y cambios de comportamiento.
Es importante comprender la ansiedad porque es un problema de salud mental común que afecta a muchos niños. Puede ser difícil para los padres y cuidadores reconocer los signos de ansiedad en los niños y aún más difícil saber cómo ayudarles. Al comprender la ansiedad en los niños, los padres y cuidadores pueden tomar medidas para abordar el problema y apoyar la salud de sus hijos.
El objetivo de esta guía es proporcionar a los padres y cuidadores una visión global de la ansiedad en los niños, incluyendo los diferentes tipos de trastornos de ansiedad, las causas de la ansiedad en los niños, los signos y síntomas de la ansiedad, cómo diagnosticar y tratar la ansiedad, estrategias de afrontamiento para los niños con ansiedad y consejos para que los padres y cuidadores apoyen la salud de sus hijos. Esta guía está diseñada para ser un recurso útil para cualquier persona que cuide de un niño con ansiedad.
¿Es frecuente la ansiedad en los niños?
La ansiedad es un trastorno mental frecuente en los niños y se calcula que aproximadamente uno de cada ocho niños sufre ansiedad en algún momento de su infancia. Los trastornos de ansiedad son los trastornos mentales más frecuentes entre niños y adolescentes, y se calcula que hasta el 25% de los niños pueden padecer un trastorno de ansiedad. La ansiedad puede afectar a niños de todas las edades, aunque algunos tipos de trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad por separación, son más frecuentes en niños pequeños, mientras que otros, como el trastorno de ansiedad social, tienden a aparecer durante la adolescencia.
Tipos de ansiedad en los niños
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) es un manual utilizado por los profesionales de la salud mental para diagnosticar y clasificar los trastornos mentales. Los trastornos de ansiedad se clasifican en el DSM-5, que es la versión actual del DSM. A continuación se exponen los criterios específicos para los distintos trastornos de ansiedad en el DSM-5:
Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): ansiedad y preocupación excesivas por una serie de acontecimientos o actividades, que se producen la mayoría de los días durante al menos 6 meses, junto con dificultad para controlar la preocupación y la presencia de al menos tres síntomas físicos, como inquietud, fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular o trastornos del sueño.
Trastorno de ansiedad por separación: Miedo o ansiedad excesivos e inapropiados para el desarrollo ante la separación del hogar o de las figuras de apego, que dura al menos 4 semanas en niños y adolescentes y 6 meses o más en adultos.
Trastorno de ansiedad social: Miedo o ansiedad intensos y persistentes ante situaciones sociales en las que la persona puede estar expuesta al escrutinio de los demás y presencia de al menos un síntoma físico durante las situaciones sociales, con una duración mínima de 6 meses.
Fobia específica: Miedo o ansiedad importante y persistente ante un objeto o situación específicos, con una duración mínima de 6 meses, que conduce a la evitación o a un malestar intenso al enfrentarse al objeto o situación temidos.
Trastorno de pánico: Ataques de pánico inesperados y recurrentes, junto con preocupación o inquietud persistente por ataques de pánico adicionales y cambios significativos en el comportamiento asociados a los ataques.
Agorafobia: Miedo o ansiedad intensos y persistentes ante al menos dos de cinco situaciones, como utilizar el transporte público, permanecer en espacios abiertos, permanecer en interiores, permanecer en una cola o multitud o permanecer solo fuera de casa.
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): presencia de obsesiones o compulsiones, o ambas, que requieren mucho tiempo, causan una angustia significativa e interfieren en el funcionamiento diario.
Trastorno de estrés postraumático (TEPT): Exposición a muerte real o amenaza de muerte, lesiones graves o violencia sexual, junto con repetición persistente del suceso, evitación de recordatorios del suceso, cambios negativos en la cognición y el estado de ánimo, y aumento de la excitación y la reactividad, que dura al menos 1 mes.
Estos criterios son utilizados por los profesionales de la salud mental para diagnosticar trastornos de ansiedad en niños y adultos.
Causas de la ansiedad en los niños
El estrés puede tener diversas causas y suele ser el resultado de una combinación de factores. He aquí algunas causas frecuentes de ansiedad en los niños:
A. Genética: Los trastornos de ansiedad pueden ser hereditarios, y los niños que tienen un pariente cercano con un trastorno de ansiedad corren un mayor riesgo de desarrollarlo ellos mismos.
B. Factores ambientales: Los niños que crecen en entornos estresantes o caóticos, experimentan pobreza o discriminación, o tienen un progenitor con una enfermedad mental o un problema de abuso de sustancias pueden ser más propensos a desarrollar ansiedad.
C. Trauma o acontecimientos estresantes: Los niños que sufren acontecimientos traumáticos, como abusos, abandono, desastres naturales o accidentes, pueden desarrollar ansiedad como consecuencia de ello.
D. Factores del desarrollo: La ansiedad también puede estar asociada a hitos fisiológicos del desarrollo, como la ansiedad por separación en los lactantes o la ansiedad social en los adolescentes
Comprender las causas de la ansiedad en los niños puede ayudar a los padres y cuidadores a identificar los factores de riesgo y tomar medidas para prevenir o tratar la ansiedad en su hijo. Es importante señalar que la ansiedad no está causada por la personalidad, el carácter o el comportamiento del niño y no es el resultado de una mala crianza o de la falta de disciplina. La ansiedad es una enfermedad mental real y tratable.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad en los niños?
La ansiedad puede manifestarse de muchas formas diferentes y los síntomas pueden variar en función del tipo y la gravedad del trastorno de ansiedad. Estos son algunos síntomas comunes de la ansiedad en los niños:
Síntomas físicos: Los niños con ansiedad pueden experimentar síntomas físicos como dolor de cabeza, dolor de estómago, náuseas, tensión muscular, sudoración o taquicardia.
Síntomas emocionales: Los niños con ansiedad pueden sentirse irritables, tensos, nerviosos o nerviosos. También pueden tener dificultades para concentrarse, dormir o relajarse.
Síntomas conductuales: Los niños con ansiedad pueden evitar situaciones sociales, tener dificultades para separarse de sus padres o cuidadores, experimentar ansiedad por separación, negarse a ir al colegio o ser excesivamente autocríticos.
Ataques de pánico: Los niños con trastornos de ansiedad, como el trastorno de pánico, pueden experimentar sensaciones repentinas e intensas de miedo o angustia, acompañadas de síntomas físicos como sudoración, temblores o dificultad para respirar.
Síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo: Los niños con trastorno obsesivo-compulsivo pueden tener pensamientos o miedos persistentes y no deseados (obsesiones) y realizar comportamientos repetitivos o actos mentales (compulsiones) para aliviar la ansiedad o evitar daños.
¿Cómo se trata la ansiedad?
La ansiedad puede tratarse con diversas intervenciones, según el tipo y la gravedad del trastorno de ansiedad. He aquí algunos tratamientos habituales de la ansiedad:
Tratamiento: Diferentes tipos de terapia pueden ser eficaces para tratar la ansiedad, incluida la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamientos negativos que contribuyen a la ansiedad, y la terapia de exposición, que ayuda a los niños a afrontar y superar sus miedos.
Medicación: En algunos casos, puede prescribirse medicación para controlar los síntomas de ansiedad, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o las benzodiacepinas.
Cambios en el estilo de vida: Los cambios sencillos en el estilo de vida también pueden ayudar a reducir la ansiedad, como el ejercicio regular, una dieta sana, un sueño adecuado y técnicas de relajación como la respiración profunda o la atención plena.
Participación de los padres: los padres pueden ayudar a sus hijos a controlar la ansiedad proporcionándoles apoyo emocional, fomentando mecanismos de afrontamiento saludables y colaborando con los profesionales de la salud mental para desarrollar un plan de tratamiento.
Terapias alternativas: Algunas terapias alternativas, como la acupuntura, los masajes o el yoga, pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad en los niños, aunque se necesita más investigación para determinar su eficacia.
Es importante trabajar con un profesional de la salud mental para determinar el mejor plan de tratamiento para un niño con ansiedad, ya que las necesidades y circunstancias de cada niño son únicas. Con el tratamiento y el apoyo adecuados, los niños con ansiedad pueden aprender a controlar sus síntomas y llevar una vida feliz y sana.
¿Cómo provoca el estrés problemas de conducta?
La ansiedad puede provocar problemas de conducta como resultado del intento del niño de hacer frente a sentimientos de miedo, preocupación o vergüenza. A continuación se exponen algunas formas en que la ansiedad puede provocar problemas de conducta:
Evitación: Los niños con ansiedad pueden evitar situaciones o actividades que les provocan ansiedad, como ir al colegio o participar en actividades sociales, lo que puede interferir en su desarrollo y socialización.
Estallidos de ira: Los niños pequeños con ansiedad pueden tener estallidos de ira o rabietas cuando se enfrentan a situaciones o desencadenantes estresantes, como la separación de uno de sus padres.
Búsqueda de consuelo: los niños con ansiedad pueden buscar consuelo repetidamente o hacer las mismas preguntas una y otra vez, lo que puede resultar agotador para los padres y cuidadores.
Perfeccionismo: los niños con ansiedad pueden desarrollar tendencias perfeccionistas en un intento de controlar su entorno y reducir los sentimientos de ansiedad, lo que puede conducir a la autocrítica y a expectativas poco realistas.
Agresividad: En algunos casos, la ansiedad puede manifestarse como agresividad o irritabilidad, sobre todo en respuesta a situaciones estresantes o de tensión.
Es importante que los padres y cuidadores reconozcan que los comportamientos problemáticos de los niños con ansiedad suelen ser el resultado de sus intentos de hacer frente a su ansiedad y no un reflejo de su carácter o personalidad. Con el tratamiento y el apoyo adecuados, los niños con ansiedad pueden aprender a controlar sus síntomas y desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables que pueden reducir las conductas problemáticas con el tiempo.
Conclusión
La ansiedad es un trastorno mental frecuente que puede afectar al bienestar y a las actividades cotidianas de los niños. Los niños pueden experimentar muchos tipos diferentes de trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad por separación, el trastorno de ansiedad social, las fobias específicas, el trastorno de pánico, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de estrés postraumático.
Si sospecha que su hijo puede padecer ansiedad, es importante que busque ayuda profesional de un profesional de la salud mental que pueda evaluar los síntomas de su hijo y proporcionarle el tratamiento adecuado. El tratamiento de la ansiedad puede incluir, entre otras cosas, terapia, medicación, cambios en el estilo de vida e implicación de los padres.
Por último, es importante reconocer que la ansiedad es una enfermedad mental real y tratable. Con el tratamiento y el apoyo adecuados, los niños con ansiedad pueden aprender a controlar sus síntomas y desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables, lo que puede mejorar su calidad de vida y su bienestar general. Como padre o cuidador, es importante ser paciente, comprensivo y brindar apoyo, y buscar ayuda cuando sea necesario. Juntos, podemos apoyar la salud mental de nuestros hijos y ayudarles a prosperar.
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