El trastorno bipolar, una enfermedad mental caracterizada por cambios drásticos en el estado de ánimo, la energía y los niveles de actividad, suele asociarse a los adultos. Sin embargo, no discrimina por edad y puede afectar también a los niños. Es importante conocer bien el trastorno bipolar pediátrico para poder ayudar eficazmente a los afectados. Por desgracia, existe una gran cantidad de desinformación y mitos en torno a esta enfermedad, lo que puede conducir a un diagnóstico erróneo, un tratamiento inadecuado y una estigmatización innecesaria. Este artículo pretende desmentir estos mitos y arrojar luz sobre la realidad del trastorno bipolar pediátrico.
Entender el trastorno bipolar
El trastorno bipolar, antes conocido como enfermedad maníaco-depresiva, se caracteriza por cambios de humor extremos que incluyen subidas emocionales (manía o hipomanía) y bajadas (depresión). No se trata de los típicos cambios de humor, sino que son lo bastante intensos como para interferir en las actividades cotidianas y afectar negativamente a la calidad de vida.
Los niños y los adultos pueden compartir síntomas similares del trastorno bipolar, pero puede haber diferencias. Los niños con trastorno bipolar suelen experimentar cambios de humor más rápidos y pueden no tener períodos claros de bienestar entre los episodios. También pueden mostrar síntomas sutiles, como intensos arrebatos de ira o explosiones de cólera.
Hay distintos tipos de trastornos bipolares, como el bipolar I, el bipolar II y el ciclotímico, cada uno de los cuales tiene un conjunto específico de síntomas y criterios diagnósticos. Comprender estos tipos puede ayudar a identificar y tratar el trastorno con mayor eficacia.
Mitos y realidades comunes sobre la DM pediátrica
Mito 1: Los niños no pueden padecer trastorno bipolar
Realidad: Aunque es cierto que el trastorno suele aparecer al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta, los niños sí pueden padecer trastorno bipolar. El trastorno bipolar pediátrico, aunque menos frecuente que el trastorno bipolar del adulto, es una afección grave que requiere atención y tratamiento.
Mito 2: El trastorno bipolar es sólo una fase o un cambio de humor
Realidad: El trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica, no una fase pasajera o un típico cambio de humor. Implica estados emocionales extremos que duran largos periodos de tiempo y afectan significativamente a la vida de la persona. Distinguir entre los cambios de humor normales y el trastorno bipolar en los niños puede ser difícil, pero es vital para garantizar un tratamiento adecuado.
Mito 3: La mala crianza causa el trastorno bipolar
Realidad: El trastorno bipolar es una enfermedad compleja sin una causa única. Se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, bioquímicos y ambientales. Aunque las situaciones estresantes o los conflictos pueden desencadenar episodios, no causan el trastorno. Por lo tanto, culpar a los padres del trastorno bipolar de un niño no es exacto ni útil.
Mito 4: Los niños con trastorno bipolar no pueden llevar una vida normal
Realidad: Aunque controlar el trastorno bipolar puede ser difícil, los niños que lo padecen pueden llevar una vida plena con el tratamiento y el apoyo adecuados. El diagnóstico precoz, la medicación eficaz, la psicoterapia y un sistema de apoyo sólido pueden mejorar enormemente la capacidad del niño para afrontar la enfermedad y prosperar.
Mito 5: Todos los cambios de humor en los niños indican trastorno bipolar
Realidad: Los niños, especialmente los adolescentes, suelen experimentar cambios de humor como parte de su desarrollo normal debido a cambios hormonales y otros factores. Aunque los cambios de humor pueden ser un síntoma de trastorno bipolar, no todos los cambios de humor indican esta afección. Es importante buscar una evaluación profesional si los cambios de humor son graves, persisten en el tiempo e interfieren en el funcionamiento diario del niño.
Mito 6: Si uno de los progenitores padece trastorno bipolar, su hijo definitivamente lo padecerá
Realidad: Aunque el trastorno bipolar tiene un componente genético y puede ser hereditario, esto no significa que un niño lo vaya a heredar definitivamente si uno de sus progenitores lo padece. Sólo significa que el niño corre un riesgo mayor que los niños cuyos padres no padecen el trastorno.
Mito 7: Los niños con trastorno bipolar sólo son desafiantes o manipuladores
Realidad: El comportamiento de los niños con trastorno bipolar puede malinterpretarse a menudo como desafiante o manipulador. Sin embargo, estos comportamientos son síntomas de su enfermedad y no actos intencionados de desafío. Comprender esto puede ayudar a controlar el trastorno y a comunicarse eficazmente con el niño.
Mito 8: La medicación para el trastorno bipolar dejará a los niños sin emociones o como "zombis"
Realidad: Aunque algunos medicamentos pueden causar efectos secundarios como letargo o embotamiento emocional, no es el efecto terapéutico previsto. Si un niño experimenta tales efectos secundarios, es importante consultar con un profesional sanitario para ajustar la pauta de medicación. El objetivo del tratamiento es ayudar al niño a controlar eficazmente sus síntomas, no suprimir por completo sus emociones.
Mito 9: La terapia verbal no es útil para los niños con trastorno bipolar
Realidad: Aunque la medicación suele ser un componente clave en el manejo del trastorno bipolar, la psicoterapia o terapia hablada también es increíblemente beneficiosa. La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a los niños a comprender sus pensamientos y sentimientos, controlar la ansiedad y desenvolverse en situaciones sociales. La terapia centrada en la familia también puede dotar a las familias de mejores estrategias de comunicación y afrontamiento.
Mito 10: Un niño con trastorno bipolar nunca podrá vivir de forma independiente
Realidad: El trastorno bipolar es una enfermedad crónica, pero con un tratamiento eficaz y estrategias de gestión, las personas con este trastorno pueden llevar una vida independiente y satisfactoria. La intervención precoz, el tratamiento continuo y un sistema de apoyo sólido son vitales para ayudar a un niño en el camino hacia la independencia.
La ιmportancia del diagnóstico precoz
El diagnóstico del trastorno bipolar en los niños puede ser difícil debido a la superposición de los síntomas con otras afecciones y a los signos sutiles en los patrones de los cambios de humor. Sin embargo, el diagnóstico precoz es crucial porque el trastorno bipolar no tratado puede provocar un empeoramiento de los síntomas y dificultades en diversos ámbitos de la vida, como el académico y las relaciones sociales.
Los padres, educadores y profesionales sanitarios desempeñan un papel fundamental en la observación precoz de los signos del trastorno bipolar en niños y adolescentes. El diagnóstico precoz puede allanar el camino para una intervención temprana, mejorando significativamente el pronóstico.
Opciones de tratamiento para el trastorno bipolar pediátrico
El tratamiento del trastorno bipolar pediátrico suele consistir en una combinación de medicación y psicoterapia. Medicamentos como los estabilizadores del estado de ánimo, los antipsicóticos o los antidepresivos pueden ayudar a controlar los síntomas. La psicoterapia o "terapia de conversación" puede proporcionar estrategias para controlar los síntomas, hacer frente al trastorno y afrontar los retos cotidianos.
La psicoeducación, una forma de terapia que incluye educación sobre el trastorno tanto para el niño como para su familia, es otra parte fundamental del tratamiento. Puede ayudar a todos los implicados a comprender mejor la enfermedad, identificar los desencadenantes de los episodios del estado de ánimo y aprender estrategias eficaces para controlar el trastorno.
Las modificaciones del estilo de vida, como el mantenimiento de un horario regular de sueño, una alimentación sana, el ejercicio regular y la limitación de la cafeína y el tiempo de pantalla, también pueden marcar una diferencia sustancial.
Cómo ayudar a un niño con trastorno bipolar
Apoyar a un niño con trastorno bipolar implica un enfoque holístico. He aquí algunas sugerencias:
Educación. Obtenga tanta información como pueda sobre lo que su hijo está experimentando. Este conocimiento no sólo le ayudará a entender lo que su hijo está experimentando, sino que también le hará mejores defensores de sus necesidades.
Contacto: Fomente conversaciones abiertas sobre el trastorno y sus efectos. Esta franqueza puede ayudar a reducir los sentimientos de aislamiento o estigmatización que pueda estar experimentando su hijo.
Rutina: Establecer y mantener una rutina diaria puede proporcionar una sensación de estabilidad al niño con trastorno bipolar.
Apoyo profesional: colabore estrechamente con profesionales de la salud mental. Pueden proporcionar valiosos consejos y estrategias para ayudar a controlar los síntomas de su hijo y hacer frente a situaciones difíciles.
Grupos de apoyo: Considere la posibilidad de unirse a grupos de apoyo para padres y familias de niños con trastorno bipolar. Compartir experiencias con otras personas que se enfrentan a retos similares puede proporcionar consuelo, reducir los sentimientos de aislamiento y ofrecer consejos prácticos.
El trastorno bipolar pediátrico es una enfermedad grave, pero con información precisa, diagnóstico precoz, tratamiento eficaz y sistemas de apoyo sólidos, los niños con este trastorno pueden llevar una vida plena. Al romper los mitos y compartir los hechos sobre este trastorno, podemos mejorar la comprensión, reducir el estigma y abogar por mejores recursos para los niños y las familias que se enfrentan al trastorno bipolar.
Este viaje no es fácil, pero recuerde que no está solo. Extienda la mano, busque ayuda y mantenga la conversación. Juntos, podemos marcar la diferencia en la vida de los niños con trastorno bipolar.
Contenido original del equipo de redacción de Upbility. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin citar al editor.
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