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Los niños que tartamudean tienen dificultades para comunicarse con los demás y, a menudo, se sienten inseguros en situaciones sociales. Si su hijo o un alumno de su clase habla tartamudeando, quizá usted se pregunte qué puede hacer.
Puede resultar angustiante oír al niño tartamudear mientras se esfuerza por expresarse. Sin embargo, la tartamudez es un problema del habla mucho más frecuente de lo que pensamos en la infancia, que afecta aproximadamente a entre el 5 y el 10 por ciento de los niños de entre 2 y 5 años, y la proporción de varones que presentan este trastorno es aproximadamente de cuatro a uno.
Aunque tartamudear puede ser frustrante y embarazoso, no es signo de enfermedad mental o discapacidad intelectual. Con tratamiento y práctica, muchos niños que tartamudean pueden llegar a hablar con fluidez.
Este artículo proporciona información útil sobre la tartamudez en los niños, incluyendo sus causas, cómo ayudar al niño y cuándo buscar ayuda profesional.
La tartamudez es un trastorno del habla que afecta la fluidez del habla de una persona. Consiste en un balbuceo, también llamado tartamudez o trastorno de la fluidez en la infancia e incluye repeticiones, prolongaciones o interrupciones que alteran el flujo normal del habla.
Un adulto o un niño que tartamudea sabe lo que quiere decir. Puede formar pensamientos que desea comunicar plenamente. Sin embargo, los sonidos, las sílabas o las palabras se repiten o se prolongan al hablar. O pueden hacer pausas silenciosas involuntarias o mostrar bloqueos en el habla.
La tartamudez implica interrupciones involuntarias en el habla, lo que dificulta a las personas que la padecen el poder comunicar sus ideas con eficacia. Los síntomas de la tartamudez pueden variar de una persona a otra, y pueden ser más graves cuando una persona está sometida a estrés o se siente cansada o excitada.
Los signos y síntomas de la tartamudez incluyen los siguientes comportamientos:
Las siguientes acciones pueden acompañar la tartamudez:
Esta capacidad limitada para comunicarse con eficacia suele crear ansiedad en situaciones sociales o al hablar por teléfono. Sin embargo, la mayoría de las personas que tartamudean pueden hablar con claridad consigo mismas y pueden cantar sin tartamudear.
Existen varias explicaciones posibles de por qué algunos niños empiezan a tartamudear, entre ellas factores genéticos, físicos, de desarrollo y psicológicos o emocionales.
Sí, existen pruebas significativas y abrumadoras de que la tartamudez es hereditaria. Más de la mitad de los casos de tartamudez pueden relacionarse con factores genéticos. Sin embargo, la gravedad de este trastorno del habla puede variar entre los miembros de una misma familia.
La tartamudez puede deberse en parte a un problema en la forma en que la lengua y los músculos de la boca trabajan juntos al producir el habla. Esta teoría se ve respaldada por el hecho de que la tartamudez suele ser hereditaria, lo que sugiere que puede haber un componente genético en esta afección.
Los niños con retrasos en el desarrollo u otros trastornos en el procesamiento del habla y el lenguaje suelen tener más riesgos de tartamudear. Un estudio reciente ha encontrado una relación que indica que el TDAH puede causar tartamudez.
La tartamudez también puede estar relacionada con factores psicológicos como la ansiedad o el estrés. Los niños que están bajo presión, con grandes expectativas en la escuela o en casa, pueden ser más propensos a empezar a tartamudear. Algunos niños pueden comenzar a tartamudear tras sufrir un acontecimiento traumático, como la muerte de un ser querido.
Si un niño tiene dificultades para hablar, puede merecer la pena acudir a un logopeda. Factores como la edad del niño y la forma en que su tartamudez afecta a su calidad de vida pueden ayudar a determinar cuándo es el momento de buscar un diagnóstico y la ayuda de un logopeda.
La respuesta a esta pregunta no está clara, ya que cada niño es diferente. Algunos expertos afirman que los niños suelen dejar de tartamudear en torno a los cinco o seis años, mientras que otros afirman que pueden continuar hasta la adolescencia o incluso hasta la edad adulta.
Cuando se requiere tratamiento, lo más importante es encontrar un enfoque que funcione para su hijo. Los métodos para tratar la tartamudez incluyen las siguientes terapias y tecnología.
Hay muchas cosas que los profesores y los padres pueden hacer para ayudar a un niño que tartamudea. He aquí algunos ejemplos:
Más recursos para ayudar con el habla
Upbility ofrece recursos para ayudar a los niños con dificultades en el habla y el lenguaje. Además, ofrece apoyo en otras áreas, como la educación especial, las dificultades de aprendizaje, el comportamiento y el lenguaje. Si usted es logopeda, psicólogo, docente de necesidades especiales o padre consulte nuestra colección en línea de valiosos recursos. Póngase en contacto con nosotros para obtener más información sobre nuestros productos o si tiene alguna pregunta.
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